domingo, 23 de mayo de 2010

el "pro" del viaje

En ese montón de gente, lo único que puede alentar a tener humor después de la facultad y encima tener que bancarme tener que viajar así, es saber que por lo menos una hora, escucho en la radio a gente que habla tan groseramente como yo y me hacen cagar tanto de risa. "Tarde negra" (con la Negra Elizabeth Vernaci y Tortonese en la Rock & Pop), y se pueden ir todos bien a la recalcada concha de su puta madre, colectiveros y pasajeros del ojetito.

"algunos CAMINOS, CONDUCEN a mi casa"

Pensé que cambiar la linea de colectivo habitual de toda mi vida a otra, era la causa por la que encontraba todo tan fácilmente criticable del pobre 17. Pero, ahora que ubiqué la parada de "mi querido colectivo, el 24", y puedo tomármelo (y de hecho, lo empecé a hacer) con sólo caminar dos cuadras más, me resalta a la vista cuan cegado estuve todo este tiempo, porque prestando atención, era mucho más sencillo descubrir que es igual o peor que "la línea nueva". Sin embargo, hay tanta materia prima reunida en un mismo lugar, que me hace disfrutar el traslado (por lo menos cuando algo fuera de lo común sucede).

Van a sacar lo peor de mí

  1. -Muerte a la gente por demás simpática.
  2. -Muerte a los/las cancheros/as. Osea no te creas más que nadie.
  3. -Muerte a los/las tontitos/as que siguen contestando como si fuera la primaria (ni siquiera la secundaria)

Entrenamiento: La paciencia.

Camioneta del año del CULO, que por mi pobre conocimiento sobre autos, no tengo la más mínima idea de si eras Ford, Chevrolet o lo que sea, pero no es eso lo importante, lo que si hay que destacar es que mereces la MUERTE, la QUEMA, el IR DIRECTO AL CHATARRERO, FORRA, CONCHUDA, vos y el conductor. ¿Por qué MIERDA no te corrías hoy? ¿Que parte NO entendés de que NO sos dueño de la Avenida Bartolomé Mitre!?.
No es sano quedarse con las cosas adentro.

Abrochate el cinturón de seguridad.

Aprendí a manejar después de diez clases, y ahora manejo señoras y señores. Ni yo me tenía confianza, pero lo logré. Tuve un par de inconvenientes, pero de todo se aprende. Inclusive de un rayón en la puerta trasera con un cartel que rebombraba "tapicería". O tardar un poco a la salida de un shopping y escuchar un alarido que provenía del conductor del auto de atrás, tal como: "Dejá de dormir!". O por qué no, de tener que empujar el auto con ayuda de mi querida madre para moverlo hacia atrás. Definitivamente, tenía que practicar mejor la marcha atrás o reversa.
Pero eso ya quedó en el pasado. Ahora, Schumacher, un poroto.

Bola de nervios.

Nunca me había pasado antes. Y no fue para nada lindo. A pesar de ya haber dado dos exámenes previamente, éste fue demasiado para mi y mi cerebro.
Lo entregué así, tal como estaba, blanquito. Y directo al recuperatorio.
No me sentí para nada orgulloso, ni disfruté la situación, ni mucho menos me dio lo mismo rendirme de esa manera. Pero antes de pasar vergüenza... (aveces el orgullo, mata.) Y, aunque no me sirve ni como excusa, ni como mentira para mi mismo, mis circunstancias actuales, no son buenas.

miércoles, 19 de mayo de 2010

El buen vocablo

Mientras viajaba, iba leyendo y parado, tratando de mantenerme en pie, como podía. Desistí con la lectura, a los pocos minutos. (claramente no era el lugar adecuado, ni la forma adecuada para leer), y si, como se dieron cuenta, el colectivo venía repleto. El viaje era dentro de todo normal (sin tener en cuenta la posible comparación con un camión de ganado), hasta que mis oídos se deleitaron con un par de chicos que iban al colegio, mientras hablaban entre ellos, gritando, por supuesto.
Chica a: "E, pero la Yani no se lo besó al Chiki, le dió un piquito nomá"
Chica b: "Seeeeeeee, qué noooo, si yo los vi en el medio de la clase que se la estaba re besando a la zorra esa"
Chicas en general: "Jajajajaja"
Chica b: "Encima debe tener una gripe porcina, la gorda esa"
Chica a: "Vo lo decí porque le tené gaaanas al Chiki"
Chica b: "Callaaaaaate, que decí. Si soy re yo con el Diego, asi que no la boquié"

Me quedé impresionado, y por varias cosas. Pero creo que ustedes también me entenderán.